lunes, 26 de diciembre de 2005

He conocido al correcaminos.

Esta mañana he ido arrastrando la maleta hasta la ventanilla de la estación de trenes.

- Un billete para Madrid, a las 13:30.
El barbudo taquillero: - No quedan.
- ¿Cúal es el siguiente?
El tipo mirando el ordenador con cara pasota: - Pues el siguiente con plazas no sale hasta las 15:05...
- La madre que lo... bueno, deme uno.

Dos horas esperando en una estación de provincia. Pensé que se me haría eterno pues:

a) El kiosko estaba cerrado.
b) Fuera estaba lloviendo (opción de salir arrastrando algo no mola).
c) En ese momento todos los bancos del hall de la estación = ocupados.
d) La voz de megafonía está muy alta, y no hay nadie fumando en el recinto de la estación coño!!

Me dirigí a la cafetería, que nunca hasta hoy había visitado. Conclusión: No me he perdido nada.
Una neblina de humo por todas partes y voces a doquier... a mi izquierda una cristalera cutre-sucia separa a la gente que come el menú del día de los demás clientes del local, (me pregunto si esto será lo que coloquen los bares para separar área de fumadores de los de no fumadores y también como será el menú del día... creo que para mí un bocata.).
Me acerco a la barra y espero a que uno de los dos camareros me atienda.
Tardan mucho, mientras tanto me llegan conversaciones sueltas:

-El Genaro lleva dos días sin venir, qué raro...
-No ves que tiene a la mujer de vacaciones... le habrá echado dos o tres!!.
Risas.


Miro a la derecha, una madre sentada con una niña de 5 o 6 años, espero que no se entere de lo que dicen los dos tiparracos...

Un tío con mala pinta se me acerca por la izquierda (ya me hago casí a la idea de que me va a pedir pasta... lo típico, me faltan 30 céntimos para el tren, autobús, llamar por teléfono...) Me equivoco, pero el jodío me hace un regate y pide antes que yo al camarero, que efectivamente le conoce. Un lingotazo de anís con no se que más... joder son sólo las 13:25!!!. Me fijo más detenidamente en el tío con malas pintas. Debe ser alcohólico, tiene una cara entre roja y morada, sólo le falta el amarillo para ser la bandera republicana... tiene los ojos idos...

Por fín: -Una cocacola y me pones aquel bocata de jamón.
El camarero me da ambas cosas: -Son 1,50€, (compara con ir a la plaza de la Paja).

Me tomo la cocacola y el bocata, antes de empezar a pensar en la gente que ha bebido de ese vaso, porque está muy, muy rayado, vamos que es translúcido.

Salgo de nuevo al hall, ahora hay un sitio libre al fondo. Me siento a esperar, aún queda una hora... Entro en un sopor...

Unos minutos después mi mente empieza a reaccionar...
-Pero qué coño...?
He tenido un dèja-vus.
Yo al viejo este le acabo de ver entrando a los baños, y vuelve otra vez???


Me fijo en el viejo, y no, no he tenido una cosa de esas de matrix, es que el viejo debe ser el correcaminos, o el médico le ha recomendado andar, porque el tío no para ni un momento, entra por todos los pasillos de la estación, sale, vuelve a entrar...
Eso sí, viene preparado como un chaval:
- Chaquetón marrón para protegerse del frío 60€
- Pantalones de pana grises, calentitos, calentitos 36,76€
- El País, para agarrarlo juntando las manos por la espalda y no perder el equilibrio 1€.
- Unas zapatillas de deporte blancas marca Reybool para andar sin parar por toda la estación no tienen precio...

¡Total que la espera ha sido divertida y todo!

1 comentario:

Doctor Brigato dijo...

Pues si que te has divertido...