martes, 25 de diciembre de 2007

Feliz Navidad.

No soy muy dado a estas cosas, pero a todos os deseo unas felices fiestas y que en el 2008 se cumplan todos vuestros sueños. Personalmente deseo que el 2008 sea mejor que 2007, en el que entre otras cosas, perdí a un persona muy importante, una de las personas más buenas, quizá, la mejor que he conocido.
Desde aquí un beso muy fuerte estés donde estés.

Os dejo una foto postal que saqué la semana pasada durante mis vacaciones

jueves, 13 de diciembre de 2007

2 girls 1 cup.

No voy a torturaros con el famosísimo vídeo. Quién no lo conozca que lo busque en Youtube... no apto para todos los estómagos (nunca mejor dicho).

Mi primera vez de 2girls1cup fue hace unos meses, visitando un blog, me causó tal impacto que no pude terminar de verlo, pero como buen cabrón se lo mostré a mis compañeros de piso e incluso en el trabajo... (donde fue curioso ver las reacciones de unos/as y otros/as...)

Pero las mejores reacciones de la historia reciente de Dos mujeres y una copa son sin duda la del tipical spanish y la que han falseado del perro...




sábado, 8 de diciembre de 2007

La importancia de la creatividad en Internet.

Cuando buscamos información sobre alguna empresa en internet, según lo trabajada que esté su web nos hacemos una idea de lo importante que es la empresa,
Parece mentira que algunas grandes empresas tengan tan poco cuidada la estética de se web... Por el contrario hay otras empresas que se curran la web algunas incluso más de la cuenta. Como ejemplo la tienda HEMA de productos para el hogar en Holanda.
Esperad que cargue la página y aguantad 5 o 10 segundos, no os defraudará.

lunes, 3 de diciembre de 2007

El pájaro de la soledad.
Las últimas semanas no han sido ninguna maravilla, se han sucedido hechos que me han hecho reflexionar y aunque ahora es pronto para valorar, seguro que me han hecho cambiar. La vida me ha demostrado que es muy injusta y ataca algunas veces a quien menos lo merece, haciendo sufrir incluso a todo un pueblo. Para otras cosas ya sé que no soy ningún Esopo, o Iriarte, pero creo que me hago a la idea de como se sintió algúno de aquellos genios cuando escribieron sus fábulas...

El Pájaro de la soledad.
En un país muy, muy lejano, convivían animales de todas las especies. Entre ellas existía un pequeño pájaro que disfrutaba volando desde que amanecía hasta los últimos rayos del atardecer, descubriendo en sus vuelos rincones y lugares que eran desconocidos por el resto de las especies.
Con los años el pajarillo fue creciendo y llegó un momento en el que pensó buscar un árbol donde construir su humilde nido.
No pasó mucho tiempo cuando decidió que aquel álamo junto al castillo no sería un mal lugar para vivir.
Con muchos esfuerzos consiguió construir un pequeño nido en el que poder cobijarse de la lluvia y del frío del norte. Pero un tiempo después notó que el ruido y la algarabía que rodeaban al castillo eran demasiado molestos como para vivir allí, así que con mucha tristeza abandonó el nido.

Pasaron algunos meses antes de que el pajarito encontrara un lugar en el que construir su nueva morada. Pero al fin la halló, se trataba de un hueco horadado en la pared de una gran montaña, desde la cual contemplaba risueño cada atardecer, que teñia de color anaranjado su hogar antes de sumirse en la oscuridad.
Pero el pequeño pajarito no tardó demasiado tiempo en descubrir que la vida en la montaña era muy dura: en invierno el frío de las heladas traspasaba las rocas de la montaña hasta las minúsculas ramas de su nido, y en verano, las mismas rocas emanaban un calor insoportable.
Otra vez con mucho pesar decidió cambiar de hogar.

El pequeño pajarito voló y anidó en infinidad de lugares pero por unas cosas u otras terminaba perdiendo la ilusión por aquello por lo que tanto había luchado, unas veces por su culpa y otras por su mala elección y errores, el caso es que no terminaba de encontrar su lugar en el mundo.

Un día cuando menos lo esperaba, descubrió un olivo en una zona del país que no solía visitar. Era un lugar bonito. Al norte se extendían dorados campos de trigales y al sur dos grandes maizales ofrecían un paisaje de bellos contrastes.
El pájaro decidió instalarse en el olivo, que parecía servir de lindero entre el trigo y el maiz, y en verdad que durante mucho tiempo fue feliz, pero con el paso del tiempo sintió que no todo era tan bello. Al llegar el otoño el dorado de los trigales se convertía en pardos surcos de tierra rotulada por los campesinos de la zona, y los dos maizales cambiaban su verdor por un triste color mate para después transformarse también en tristes surcos marrones.
El invierno pasó rápido y pronto la primavera sorprendió al pájaro, que sin darse cuenta se encontró con la llegada del verano. Todo volvió a ser del mismo color, dorados trigales y verdes campos de maiz. Era feliz, pero cuando más disfrutaba, llegó otra vez el otoño...

Unos días antes del invierno, los pelados campos entristecieron el corazón del pájaro, que decidió volar muy, muy alto, para olvidar el frío del invierno y sumir sus pensamientos en los embriagadores colores del verano. Desde entonces sigue allí, las nubes son su hogar, y a diario sobrevuela vuestras cabezas. Pero si algún día os sentís sólos no os preocupéis, alzad la mirada, porque allí estará, entre las nubes, el pajarito que no encontró el verdadero lugar donde poder anidar, y seguro, si se lo pedís, os hará compañía.