Diario de un español en París.
Cogimos el metro hasta la parada de "Cité", que está en el centro de una de las islas del río Sena. A unos metros descubrimos las torres de Notre Dame, la Catedral de París.
Una visita al interior para contemplar su estructura y visitar la capilla y salimos al exterior para acceder a las torres.
Estaba medio lloviendo, pero a pesar de ello tuvimos que esperar media hora hasta que nos tocó el turno de subir.
En el interior de la primera torre hay un espacio bastante grande dedicado al turismo en el que venden todo tipo de souvenirs.
Seguimos subiendo hasta que llegamos a una balaustrada denominada "galería de las quimeras" debido a las gárgolas que decoran la Catedral. Desde allí arriba las vistas son magníficas.
Hay una panorámica de París inolvidable, con la Torre Eiffel, el Panteón, Ste-Chapelle, el Sacré Coeur, más monumentos que destacan en el horizonte.
Atravesamos la balaustrada hasta la torre sur y entramos en su interior donde se puede ver el campanario y la gigantesca campana mayor, todo el conjunto famoso por la novela "Notre Dame de París" de Víctor Hugo y el Jorobado Quasimodo.
La torre sur permite ascender hasta arriba, cosa que por supuesto hicimos.
Pese a que era un día plenamente otoñal París nos mostró todo su esplendor.
Torres y edificios mostraban un horizonte irregular y singular que no pasaba deapercibido a cualquiera.
Bajamos todas las escaleras y tomamos un café en una crepería de la zona, resguardandonos de la lluvia que comenzaba a caer con fuerza. Una vez repuestas las fuerzas reanudamos la marcha. Visitamos la otra isla (Saint Louis) y regresamos a isla de la Cite para ver la Conciergerie y Ste Chapelle.
Ste Chapelle es una pequeña iglesia (Santa Capilla) que no llama la atención y menos en el lugar en el que está ubicada (rodeada por los juzgados de París).
Unos andamios indicaban que la iglesia estaba en obras para restaurar su fachada, pero estaba abierta al público.
Ste Chapelle consta de dos plantas, la primera no tiene mucho que ofrecer a los visitantes, el esplendor lo reserva para la planta superior, con sus magníficas vidrieras que ocupan practicamente la totalidad de las paredes de la iglesia.
Maravillados por el espectáculo, (recomendable visitar un día soleado por las vidrieras) visitamos a unos pocos metros la Conciergerie, un edificio medieval que pasó de residencia real a prisión de cientos de personas, muchas de las cuales sufrieron la Revolución Francesa en la guillotina.
En el edificio se conserva el patio de las presas y varias celdas, una de ellas se cree que es en la María Antonieta estuvo presa, con una recreación...
No deja de llamar la atención y el morbo del visitante una cuchilla perteneciente a una verdadera guillotina, que según los documentos sirvió para ajusticiar entre otros a Lacenaire un peligroso asesino de la época entre otros delincuentes.
Finalizada la visita comimos en un pequeño restaurante de la Isla de Saint Louis y nos dirigimos al Louvre pero ese día cerraban por la tarde, al contrario de lo que venía en la guía...
Decidimos aprovechar la tarde visitando el barrio de Marais, con sus tiendas y sus edifícios típicos del siglo XVII, en especial la Plaza des Vosges, donge tenía su casa (Maison) el escritor Victor Hugo.
Tomamos un delicioso chocolate frente a la Place des Vosgues y caminamos hacia la Plaza de la Bastilla, antes de tomare el metro hasta nuestro hotel. Así terminó nuestro segundo día en París.