sábado, 13 de enero de 2007

Diario de un español en París.
Día 1. Montmartre y Torre Eiffel


Con un poco más de tiempo cumplo poco a poco la promesa de contar detalladamente el viaje a París del mes pasado.

Era aproximadamente mediodía cuando llegamos al hotel, muy cerca de la Estación Gare du Nord, una de las estaciones más importantes de París que conecta con el aeropuerto Charles de Gaulle y desde donde parten los trenes hacia Londres que atraviesan el Canal de la Mancha por el Eurotúnel.


Tras un primer vistazo a la habitación salimos a la calle y nos dirigimos andando hacia Montmartre. Entre las tiendas de recuerdos turísticos apareció imponente en lo alto de una colina la Basílica del Sagrado Corazón o Sacré Coeur.
Una buena subida de escaleras pero que tenía su merecida recompensa pues desde la cima (el punto más elevado de París) había una magnífica panorámica de la ciudad.


Hicimos una visita a la Basílica y salimos a recorrer los callejones del barrio de Montmartre plasmado en algunas escenas de la película "Amelie" y conocido como el barrio de los pintores y los bohemios, lugar habitual de Picasso, Van Gogh, Renoir y Dalí.

En la esquina de la Rue Lepic surge un molino de viento, y otro oculto en lo alto de la colina entre la maleza y los edificios colindantes, son los famosos molinos de Montmarte.


Bajando la misma calle llegamos la casa en que vivió Van Gohg y
caminando hasta el final de la misma calle nos encontramos con las
rojas aspas del Moulin Rouge y en la misma calle el Museo del Erotismo.

La mañana había quedado atrás y decidimos hacer una breve parada para comer y reponer fuerzas.


Al ser invierno la noche en París llega sin darte ni cuenta, de modo que nos dirigimos en metro hasta el Arco del Triunfo, mandado construir por Napoleón para celebrar sus victorias.

Una breve ojeada al Monumento gigantesco (parece pequeño pero engaña) y seguimos caminando hacia la Torre Eiffel.



De vez en cuando la torre se asomaba entre las azoteas de los edificios hasta que apareció por completo al atardecer desde la Plaza de Varsovia.
Los 320 metros de altura casi no entraban en las fotos... (fue el edificio más alto del mundo hasta 1930).
A medida que nos acercábamos la Torre se hacía inmensa.
Hay dos modos de subir la Torre Eiffel: En ascensor o por las escaleras.
Por las escaleras puedes llegar hasta el segundo nivel, pero para acceder al tercero hay que coger el ascensor.
Me decidí por subir por las escaleras porque me habían comentado que tenía mayor encanto, y es cierto porque es un modo de apreciar la altura a medida que vas subiendo y subiendo escaleras.


Las vistas son impresionantes. Estaba anocheciendo y fue una pena no ver desde arriba del todo la ciudad al atardecer. Nos tuvimos que conformar con ver París iluminado.
Dos horas estuvimos en la Torre con frío pero disfrutando de ese encanto especial que tienen ciertos lugares.

Regresamos al hotel pero antes dimos un breve paseo por los Campos Elíseos, con los árboles iluminados al ser navidad y las calles y tiendas abarrotadas de gente.

Continuará...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya no me da tiempo a que escribas mas por que me voy el martes, hubiera sido interesante.