lunes, 31 de julio de 2006

Retazos del Ayer: Pumuky

Un muñeco que se dejaba caer por los tejados de Viena o vete tu a saber... (¿Alguien lo sabe?) Reconozco que no era de mis favoritos, pero he de decir en su favor que la música era muy pero que muy pegadiza...

"Oleeeé, olaaaá, el duende acaba de llegar!
Oleeeé, olaaaá, Pumuky es colosal!"



miércoles, 26 de julio de 2006

¿Cómo es posible que siga ocurriendo esto?


En un siglo que acaba de dar sus primeros pasos, parece como si ya hubieramos olvidado los grandes errores de siglos pasados.
En especial los que ahora lanzan bombas, han sido desde el holocausto las víctimas reconocidas de la segunda guerra mundial y parece que aprendieron tanto del sufrimiento que ahora son ellos los que aplican la mano dura sobre la población.
¿Las bombas pueden dar la paz...?. Tenemos Irak.

Una guerra no son solo bombas, son todo esto

lunes, 17 de julio de 2006

La guarida del ratón.

Casi dos años tiene que esperar este roedor hasta que le entreguen su pequeña madriguera, el consuelo que me queda es que ya han empezado el agujero...


Vamos, que cuando llegue el momento los árboles de esta avenida ya darán buena sombra ;-P

martes, 11 de julio de 2006

Retazos del Ayer: Los autos locos.

Pedro Bello, Brutus y Listus, el Superchatarra, Mafio y sus pandilleros, el profesor Locovich, Penélope Glamour, el Rocomóvil, el Espantomóvil, el Barón Hon Frich, Lucas y el oso Marlucas, Pierre Mogolluna y Patán. Me he equivocado seguro que al escribir el nombre de los protagonistas de de aquellas "Wacky Races". Los autos locos, hasta el último momento no sabías quien iba a ganar la carrera, eso sí el perro risitas patán y su amo nunca lo lograban. Me gustaban estos dibujos que solía ver a la hora de comer. Tuvo una secuela (o un precedente no lo recuerdo muy bien) en una carrera de aviones. ¿Cuál era esa serie?. Un capítulo enterito, disfrutadlo, eso si, en el trabajo puede ser un poco cantoso...

jueves, 6 de julio de 2006

Diario de un Español en Kenia XIII
Los devoradores de hombres de Tsavo.

En Kenia existe un tren de leyenda. El Lunatic Express es algo más que un tren, y eso si se nota cuando subes a sus vagones y lentamente la locomotora en medio de un estridente ruido metálico se pone en marcha y lentamente adquiere velocidad.
Aquella madrugada viajaba en el mismo tren en el que lo hicieron personajes históricos como los escritores Ernest Hemingway y Karen Blixen, los cazadores y exploradores Denys Finch-Hatton, Frederik Selous, John Hunter e incluso presidentes como Churchill, Roosevelt y algún príncipe de Gales...
La construcción la línea de ferrocarril desde sus inicios tuvo una gran oposición.Tras muchos meses de deliberaciones en el Parlamento de Westminster a favor y en contra de aquella colosal obra para la época, en 1893 el plan estaba trazado con un presupuesto de tres millones doscientas cincuenta mil libras. Sería tres años después cuando llegarían a Mombasa los primeros peones, 350 coolies de la India. En Mayo de ese mismo año los primeros raíles estaban ya colocados y a mediados de año diez locomotoras y varios vagones traídos desde la India estaban ya en Kenia.
En 1898, el número de peones indios había ascendido a 13000, lo que da una idea de la magnitud de aquella obra. Pero a pesar de tal número de personas empleadas, las obras a penas avanzaban, las enfermedades comenzaban a hacer mella entre los coolies, ya habían muerto más de 300 y casi 800 estaban enfermos o inválidos.Los animales también sufrieron las inclemencias del clima y de la zona; en un año, de 350 mulas 120 habían muerto, de 640 bueyes quedaban poco más de 50, de 800 burros sólo sobrevivían una veintena y de medio centenar de camellos no quedaba ninguno con vida; la mosca Tse-Tse hacía de las suyas...Comenzaba a forjarse la leyenda del Tren lunático o Lunatic Express. Debido a la orografía de la zona fue necesaria la construcción de numerosos puentes, de ello se encargaría el Coronel J. H. Patterson, un experto en este tipo de construcciones.En Marzo de 1898 acababa de llegar de Mombasa y se encontraba en las grandes explanadas de Tsvao. Unos días después de su llegada, dos coolies desaparecieron misteriosamente. Casi un mes después otro coolie fue atacado por un león que lo sacó literalmente de su tienda para llevarle a la espesura y disfrutar del festín en mitad de la sabana. Cuando encontraron el cuerpo la cabeza, estaba escrupulosamente separada del cuerpo. Durante las semanas siguientes se siguieron produciendo muertes por ataques de los leones. Causando pavor entre los coolies y los porteadores. El Coronel Patterson un hábil cazador empezó a realizar batidas para dar con los leones que asustaban y estaban acabando con su personal. Por las huellas descubrió que no era sólo un león, sino dos los que atacaban. En las semanas siguientes siguieron los ataques, aunque con menos fortuna para los felinos, que sólo consiguieron llevarse en sus ataques un colchón y un saco de arroz... pero de los errores aprendieron y comenzaron a ser más osados, sin miedo a las hogueras ni a las empalizadas atacaban los campamentos ante los gritos aterrados de los coolies indios que los comparaban con diablos.En uno de sus ataques los dos leones entraron en el hospital de campaña, y allí, ante los gritos de los enfermos, los felinos se pasearon parsimoniosamente y eligieron de entre los enfermos al más robusto.
La noticia de los leones devoradores de hombres corrió como la pólvora, y fueron muchos los cazadores que llegaron a cazar a los asesinos, pero pronto regresaron sin sus trofeos. Una noche, los gritos en suaili Simba, simba!! (león, león) despertó al Patterson. Uno de los leones estaba comiéndose una mula, pero huyó con la algarabía. Se organizó una batida, y Patterson tuvo la oportunidad de disparar al león, pero el cartucho de su arma no explotó, y con apenas tiempo para volver a cargar disparó al león que no le había atacado y que huía de la batida. Patterson esa misma noche se apostó en un andamio junto a la mula muerta y esperó. En mitad de la noche el león regresó y esta vez, Patterson disparó matando al león. Por la mañana comprobaron que el león no tenía melena como muchos de los leones de la zona de Tsavo.
Los coolies celebraron por todo lo alto la muerte del león, pero aún quedaba otro...
Semanas después Patterson tuvo la oportunidad de disparar al segundo león, hiriéndolo y se le dio por muerto debido al rastro de sangre que había dejado. Tres meses después volvería a atacar con furia a un grupo de coolies que afortunadamente pudieron subir a un árbol, y el león no, debido seguramente a la herida del encuentro con Patterson, que al día siguiente se apostó en la cima del mismo árbol y esperó. Aquella misma noche el león acudió al árbol y recibió un disparo, pero consiguió huir. A la mañana siguiente Patterson siguió el rastro de sangre del león y se encontró cara a cara con el felino herido y a pesar de recibir un nuevo disparo cargó contra el coronel que tuvo el tiempo suficiente para subir a un árbol y disparar otras seis veces para acabar con la vida del segundo león devorahombres.
Con la muerte del león se puso fin a las muertes de estos dos leones que habían acabado con la vida de 28 coolies y varios porteadores.
Pero este no es el único ataque que sufrió el tren. Pero eso lo dejo para otro día.
Si alguien quiere leer de primera mano lo que ocurrió en Tsavo, os remito al texto que dejó el propio Coronel Patterson TEXTO EN INGLÉS (Por cierto blogger me tiene hasta los huevos y no me deja subir ni una foto, que les den)