Diario de un Español en París
Día 3: La Sorbona, los Invalidos y Napoleón
El martes nos levantamos para no variar bastante temprano. Un rápido desayuno y cogimos el metro para dirigirnos hacia El Panteón.
Antes de llegar visitamos la Universidad de la Sorbona, pero su entrada estaba restringida a estudiantes de la propia Institución.
La mañana era fría y nebulosa por lo que nos acercamos casi sin darnos cuenta al Panteón.

El "Panthéon temple de la nation" tiene una cripta que contiene los restos de 77 hombres ilustres de Francia desde Víctor Hugo, hasta Emilio Zola, sin olvidar al matrimonio de científicos Curie.
La parte superior permite descubrir unas hermosas vistas de la ciudad desde la cúpula de la Basílica. No vimos ni la Cripta (por estar en obras) ni pudímos subir arriba porque sólo se abre entre primavera y otoño.
El edificio era inmenso. En el centro de la basílica y colgando de la cúpula estaba el Péndulo de Foucault moviéndose y marcando las horas como el día en que el mismísimo Foucault hizo la demostración del movimiento de la Tierra.
Salimos un poco decepcionados por no haber visto la cripta ni las vistas desde la cúpula y decidimos visitar una pequeña iglesia cercana al Panteón.

La iglesia era Saint Etienne du Mont. Sorprendente su interior por su belleza, luminosidad y sensación acogedora. Sus vidrieras iluminaban de color las capillas sobre las que destacaba la dedicada a Santa Genoveva.
Desde allí seguimos andando hacia los Jardines de Luxemburgo. Un paseo entre estatuas con un estanque y de fondo el Palacio de Luxemburgo el "Petit Luxemburg".

Un lugar ideal para dejar atrás el estrés y simplemente pasear por donde nos lleven los pies.
Unos minutos después callejeando llegamos hasta el Museo d`Orsay.
Una impresionante colección de pinturas y esculturas que cubre desde 1848, La Segunda República, hasta 1914, La Primera Guerra Mundial.
Disfrutamos contemplando obras de Manet, Monet, Van Gogh, Degas, Cézanne, Renoir, Toulouse-Lautrec, Delacroix, Gauguin y muchos otros pintores del impresionismo, ingrismo, eclectismo, naturismo y simbolismo.
Es un museo para pasear tranquilamente y contemplar los detalles de las obras que se exponen en cada rincón y sala de la antigua estación de ferrocarril.
Desde allí nos dirigimos hacia los Invalidos y el Museo del Ejército "Hôtel National des Invalides".
De pasada vimos el Museo Rodin, pero sin entrar, sólo viendo algunas esculturas en los jardines.
Agotados llegamos al museo del ejército, y allí comimos en un comedor muy asequible y con comida de calidad que estaba dentro del propio Museo.
Tan sólo pudimos ver la primera planta del museo del ejército, dedicado a la primera y la segunda Guerra Mundial, con una impresionante colección de armas, uniformes y objetos personales de los soldados alemanes, y franceses.
El ahora convertido en museo, fue construido por Luis XIV para acoger a los veteranos de guerra y soldados inválidos. Fue una verdadera pena no poder visitar el resto del museo pues contiene armas y armaduras de los siglos XIII al XVI.
Junto al Museo del Ejercito se alza en una cúpula de linterna de una altura de más de 100 metros con aristas doradas (en 1989 su redoración supuso 12 kilos de oro) visible desde muchos puntos de la ciudad de París.
La cúpula pertenece a la Iglesia del Domo, convertida en Panteón militar en cuyo interior está la tumba de Napoleón y varios militares y allegados al emperador.
Los restos del emperador descansan en el interior de cinco ataúdes sucesivos, uno de hierro blanco, uno de caoba, dos de plomo y uno de ébano.
Cuando salimos de la Iglesia estaba anocheciendo, y decidimos dar un paseo hasta el Sena y caminar hasta la Ile de la Cité.
Desde allí realizamos un crucero por el Sena, viendo todos los monumentos existentes en ambas riberas iluminados en una fría noche parisina.
El crucero mereció la pena, y dimos por terminado el día que había sido agotador pero muy bonito.