Diario de un español en París.

Cogimos el metro hasta la parada de "Cité", que está en el centro de una de las islas del río Sena. A unos metros descubrimos las torres de Notre Dame, la Catedral de París.
Una visita al interior para contemplar su estructura y visitar la capilla y salimos al exterior para acceder a las torres.

En el interior de la primera torre hay un espacio bastante grande dedicado al turismo en el que venden todo tipo de souvenirs.
Seguimos subiendo hasta que llegamos a una balaustrada denominada "galería de las quimeras" debido a las gárgolas que decoran la Catedral. Desde allí arriba las vistas son magníficas.
Hay una panorámica de París inolvidable, con la Torre Eiffel, el Panteón,

Atravesamos la balaustrada hasta la torre sur y entramos en su interior donde se puede ver el campanario y la gigantesca campana mayor, todo el conjunto famoso por la novela "Notre Dame de París" de Víctor Hugo y el Jorobado Quasimodo.

Pese a que era un día plenamente otoñal París nos mostró todo su esplendor.
Torres y edificios mostraban un horizonte irregular y singular que no pasaba deapercibido a cualquiera.

Ste Chapelle es una pequeña iglesia (Santa Capilla) que no llama la atención y menos en el lugar en el que está ubicada (rodeada por los juzgados de París).

Ste Chapelle consta de dos plantas, la primera no tiene mucho que ofrecer a los visitantes, el esplendor lo reserva para la planta superior, con sus magníficas vidrieras que ocupan practicamente la totalidad de las paredes de la iglesia.
Maravillados por el espectáculo, (recomendable visitar un día soleado por las vidrieras) visitamos a unos pocos metros la Conciergerie, un edificio medieval que pasó de residencia real a prisión de cientos de personas, muchas de las cuales sufrieron la Revolución Francesa en la guillotina.


Finalizada la visita comimos en un pequeño restaurante de la Isla de Saint Louis y nos dirigimos al Louvre pero ese día cerraban por la tarde, al contrario de lo que venía en la guía...

Tomamos un delicioso chocolate frente a la Place des Vosgues y caminamos hacia la Plaza de la Bastilla, antes de tomare el metro hasta nuestro hotel. Así terminó nuestro segundo día en París.